lunes, 21 de marzo de 2011

Oso pardo en la Cordillera Cantábrica

Desde que era pequeño soñaba con los osos, veía los mapas catastrales de los Picos de Europa como un territorio inexplorado en el que cualquiera que anduviera por él se podía topar con un oso cantábrico. Evidentemente no podía salir a explorar ese vasto territorio pues carecía de dinero y de permiso paterno.
Ya de adolescente me acerqué en varias ocasiones a la cordillera sin conseguir avistamientos. Mi primer encuentro con el plantígrado fue en la comarca de Riaño, durante un campamento juvenil en  torno a 1976. El emplazamiento del campamento se eligió en el tristemente inundado valle de Riaño antaño lleno de vida pastoril y salvaje. Recuerdo las aguas limpias del río Esla en las que nos bañábamos y la pureza del entorno.  Recuerdo las casonas del valle, en especial las de la población de Riaño. Hermosas y robustas construcciones con siglos de historia que se vinieron abajo, con los sueños de mucha gente, en poco tiempo.  En pocos años la riqueza del valle quedó mermada y el Nuevo Riaño con sus edificios de ladrillo y casas modernas es una triste ciudad que no encuentra la personalidad propia de los valles ganaderos de León, que le robaron.
Antes de la destrucción de Riaño tuve la fortuna de sentir la presencia del oso en uno de los valles tributarios del Esla. El roce de la vegetación y bramido terrible que atronó en la montaña son todavía para mi motivo de escalofrío. Nunca vimos al oso pero sentimos como nunca su presencia de la que huimos corriendo ladera abajo en dirección a la seguridad del valle.
Más tarde centrado en otros menesteres me alejé de la Cordillera Cantábrica hasta que establecido como freelance, siempre que podía, me acercaba a estas montañas de gente entrañable y pueblos únicos. Sin embargo, las obligaciones de encargos y el frenesí de la vida en la ciudad no facilitaron más encuentros con los osos.
No ha sido hasta el 2006 que tuve la fortuna de compartir, gracias al empuje de mis amigos pues fue una época compleja para mi, una de las visiones más inolvidables de mi existencia. Frente a nosotros, aunque a gran distancia, una osa se encaminaba hacia el encame con sus cachorros entre el monte de escobas y brezos de Somiedo.
Desde esta visión solo fotografiada mediante digiscoping se han sucedido otras muchas en León y Asturias pero no ha sido hasta este año que he tenido la fortuna de poder disfrutar de una familia de tres oseznos con su madre a una distancia suficientemente cercana como para poder sacar fotos con el 500 mm y el convertidor 1,4x.
Aquí os muestro algunas de las tomas realizadas en un pequeño valle de la provincia de León de oso pardo en estado salvaje.













© Francisco M. Martín
Para la adquisición de estas y otras imágenes así como encargos fotográficos contactar al mail


Todas las tomas realizadas con Canon EOS 1d Mark IV, objetivo 500mm f4 L IS y teleconvertidor 1,4x (el teleconvertidor está en venta)

8 comentarios:

  1. Paco, los "trofeos" que consiguen los fotógrafos son más dignos de ser colgados en las paredes que los obtenidos por quienes practican otros deportes.

    Larga vida a esa entrañable familia de osos para que puedan ser cazados de nuevo por los que cultivan nuestra pasión.

    Gracias por las imágenes y el relato.

    *

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  2. Desde que era pequeño soñé con ver osos, tambien con ver lobos y ni siquiera imaginé poder ver lince ibérico.
    Han pasado los años y ahora he logrado mi sueño de infancia, lo he logrado y eso es suficiente.
    Por si ver un sueño complido fuera poco lo suelo hacer con quienes más quiero.Ellas y ellos lo saben.
    Artefa.

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  3. Queridos Gaspar y Artefa. Agradezco vuestros comentarios. La fotografía de animales en libertad, y más aún las joyas de Iberia como son el lince, el lobo y el oso, entraña una gran dificultad no sólo por las precauciones que toman estos mamíferos sino por su escasez y la dificultad de la fotografía bien por el ambiente en que se mueven, bien por las trabas administrativas, en parte razonables por el elevado número de amantes de la naturaleza y fotógrafos que pululamos por el monte. En esta ocasión disfruté no sólo de la compañía del oso sino también de la de varios amigos compañeros aunque faltaron otros con los que lo vi por primera vez, que eché de menos. Esas vivencias, al margen de la fotografía, jamás se olvidan y nos unen para siempre. Gracias

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  4. La vertical con la madre y su cría es una preciosidad. Muchas felicidades por la experiencia, y por haber sabido captarla así de bien.

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  5. Gracias Oriol. Tu como pocos sabe lo dificil que es fotografiar Oso pardo, más aún en Pirineos.
    Evidentemente las fotos están reducidas en tamaño y calidad para dificultar su uso inconsentido.
    Un abrazo a los dos.

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  6. Muchas gracias Paco, por traernos tus imagenes del oso. Gracias por saber transmitir lo mucho que disfrutaste y nos haces disfrutar.
    Magnífico trabajo. Un abrazo.

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  7. Gracias Francisco al compartir tus experiencias y hacernos disfrutar de un sueño que al igual a ti nos paso por la cabeza a todos los que nos gusta la naturaleza pero que a pocos se os ha cumplido.
    Jose Mª Arroyo

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  8. Hola, nos encantaron tus fotos, somos la pareja que te preguntamos si tenías fotos colgadas en la web el sábado en Rañadoiro. A nosotros nos gusta mucho la naturaleza y aunque somos fotógrafos no tenemos el ojo educado para la naturaleza ya que nos dedicamos más a fotografía social. Seguiremos tu blog con asiduidad. No dejes de visitarnos si pasas por Infiesto. (Inés Corral Fotógrafos) Tenemos web y facebook con ese mismo nombre por si quieres ver algo de nuestro trabajo. Un saludo de Inés y Arturo.

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