jueves, 31 de mayo de 2012

Peleas matriarcales

Durante las últimas dos semanas los zorrillos se han desparramado por la dehesa. Una vez localizada la morada de la zorra número tres y conforme el verano se acerca, con sus altas temperaturas he podido observar como las hembras han ido desplazando progresivamente sus camadas hacia la parte más umbría de la dehesa en la que aún la hierba está verde y además se encuentra cerca de una charca próxima.
Seguramente los zorrines acompañen por la noche a su madre a beber y quizá esta les esté enseñando a cazar. Por ahora no he podido ver ninguna escena de este tipo. 
Lo que si he podido comprobar es la fricción entre las dos hembras por los recursos y el territorio y los intentos del macho por frenar las peleas.
En las descripciones etológicas sobre zorros nunca he leído nada sobre peleas entre hembras aunque si entre machos. De hecho, incluso en los cuadernos de Félix Rodríguez de la Fuente se describen y presentan una serie de dibujos de peleas entre machos, similares a las fotos que aquí os presento.
Esta fricción entre las hembras se ve compensanda por la actuación del macho que impone su autoridad acercándose hasta las hembras y cargando sobre ellas con la cola levantada en actitud dominante y con el objetivo de separarlas.
Es muy fácil distinguir cuando una u otra va a cargar sobre la contraria pues adoptan una postura de ataque y justo antes de hacerlo intentan disminuir la tensión con posturas de sumisión agachando las orejas y tumbándose en el suelo con ligeros gemidos,  pero no consigo identificar cual es la postura desencadenante del ataque. Con tomas de vídeo sería mucho más sencillo pero por ahora sólo cuento con imágenes fijas.
Por otra parte, durante los desplazamientos de ambas camadas se ha producido un suceso curioso durante dos o tres días. En un corto período de tiempo, que ha coincidido con las peleas, ambas hembras  han juntado las dos camadas entre la maraña de las encinas taladas y según llegaba una hembra u otra, aunque todos los cachorros acudían a su llamada, la hembra seleccionaba a sus cachorros y les prestaba atención, a la par que amenazaba e incluso llegaba a morder a los cachorros de la contraria, siempre de forma incruenta.
Pese a estas tensiones entre las hembras y entre hembras y cachorros de la contraria, la situación de guardería, en la que todos los cachorros estuvieron juntos bajo el mismo ramaje, se mantuvo durante unos tres días.
En la actualidad se han vuelto a separar las camadas y he vuelto a perder a los cachorros de la hembra número tres, la rabona. 







Realizadas con ISOs entre 2500 y 4000, siempre en ISO automático y cámara en modo M pese a que tiende a subexponer y Canon no ha previsto la posibilidad de compensación en manual al aplicar el AUTO ISO. Parámetros 1/640 f5,6 Canon EOS 5d Mark III y objetivo Canon EF 100-400mm f4,5-5,6 L iS

2 comentarios:

  1. Este proyecto tuyo se está convirtiendo en un profundo estudio documentado de la etología de estos carnívoros. Enhorabuena y avisa si vienes

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  2. Jorge, la temporada está casi finalizada. Los zorros se han esparcido por la dehesa y su localización es muy complicada. Aunque los sigo viendo no tengo avistamientos diarios ni de todos los individuos que tenía controlados.
    Ahora me centraré en los bebederos y es el momento de ordenar material, intentar darle salida y buscar nuevas metas.
    Ahora salgo para el sur pero a mi regreso a ver si subo hasta Asturias.
    Un abrazo.

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