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martes, 6 de noviembre de 2012

Botswana y Namibia: relato de un viaje

Tal y como reza el cartel, este próximo viernes 9 de noviembre tendrá lugar una proyección, con tertulia, sobre nuestro último viaje a Namibia y Botswana. El aforo es libre por lo que estás todos invitados a compartir esta experiencia en el Centro Julián Sánchez El Charro de Salamanca, situado en la Plaza de la Concordia, s/n.


   Desde el primer mundo, este en el que nos encontramos, África se ve como algo mágico y misterioso, como esa tierra desconocida, plagada de retos y aventuras en la que la vida se vive al momento, pues el mañana puede que no se haga presente nunca. En cierta medida esta idea romántica y esencialmente vital del continente negro es fruto de películas como "Memorias de África" y de historias fabulosas que han llegado a nuestros días de la pluma de exploradores y escritores como David Livingston o Laurens Van der Post.

   En estas obras, los protagonistas narran auténticas vivencias, muy alejadas de lo que estamos acostumbrados en la vieja Europa, en las que se exponen a todo tipo de aventuras y riesgos por cumplir con el anhelo human más profundo: sentirse libre y dueño de sí mismo. Así, África supone enfrentarse con nuestro pasado, ese que sólo hemos estudiado en los libros, pero que se encuentra grabado en nuestros genes, en nuestros recuerdos atávicos como especie biológica y que nos lleva a sentirnos y a ser cazadores, recolectores, exploradores, ... Supone enfrentarnos a constantes imprevistos que moldean de continuo el viaje y te obligan a adaptarte. Esta incertidumbre cotidiana te hace sentir vivo, superar el adormecimiento en que estamos inmersos los occidentales dentro de nuestro lujo y comodidades enlatadas, ajenas a los ritmos naturales.

   Con estas ideas en la mente, un grupo de nueve amigos nos embarcamos el año 2010 hacia un viaje singular que pretendía recorrer y conocer parcialmente dos países: Botswana y Namibia. El viaje, minuciosamente planificado y diseñado como una ambiciosa ruta circular, partió desde Windhoek, la capital de Namibia, hacia el Okavango en Botswana, para regresar por la franja de Caprivi a Etosha y los territorios Himba, preludio del desierto de Sossusvlei y la Costa de los Esqueletos.

   Inconscientes de las dificultades y con esa desmedida avidez turística, nos lanzamos a recorrer y devorar kilómetros y kilómetros intentando en apenas veinte días engullir el alma vital del continente y lo que aprendimos fue que África es dueña de uno y no al revés, y su alma marca los ritmos y la cadencia del viaje. El temido y deseado continente no se deja domesticar y nos impone sin piedad el viejo refrán, que adaptado al viaje diría: "El hombre propone y África dispone".

   En cierta medida en cada viaje buscamos extraer el meollo de la vida, que para los aventureros se resume en sentirse vivo y hermanado con el planeta. En este sentido África es una alternativa perfecta para conseguir este objetivo. El que ha ido una vez queda para siempre enamorado de ese continente tan auténtico y espontáneo.

lunes, 15 de agosto de 2011

Una reflexión sobre Africa y el Mundo.

Enlazando con mi anterior entrada os presento un enlace que me ha enviado mi buen amigo Alberto. Es un un video de Youtube que dura apenas cuatro minutos pero que nos ayuda a reflexionar sobre parte de los problemas actuales de Africa y del mundo actual.
Os invito a verlo y comentar.


Reparto mundial

domingo, 14 de agosto de 2011

Maun, puerta de acceso al Okavango

Un año después de visitar esta ciudad situada en Botswana aún me sobrecogen los recuerdos de este viaje.  En esta ocasión os muestro una pequeña selección del ambiente de las afueras de Maun, huyendo de su aeropuerto y zona más comercial. Esta ciudad una de las más grandes de Botswana se extiende con sus casa bajas por la planicie situada al sur del delta del río Okavango y es la puerta de entrada a este inmenso territorio salvaje, el mayor delta interior del planeta.
Para otra ocasión dejo los vuelos aéreos y la visita a su humedales y bosques.

Todas las imágenes están realizadas con cámaras Canon Eos 7d y Eos 5d Mk II, objetivos EF 24-105mm f4 L IS USM y 100-400mm f4,5-5,6 L IS USM

Viviendas de Maun. Botswana.
Cruzando el puente sobre el río.

La peluquería
Camino de la escuela


Hacia el mercado 
Centro Comercial

Con el móvil de regreso a casa

En busca de algo para llevarse a casa

De regreso con la compra

Protegiéndose del sol de invierno

Centro comercial

Fuera del restaurante

Casa en las afueras

Chicas jóvenes

Atuendo tradicional
Vestido tradicional Herero (Bantú)


De regreso del trabajo

Influencia española


Chavales con piedras...

Regresando de la escuela
© Francisco M. Martín - Imágenes Naturales

Para adquirir estas u otras imágenes por favor contactar a través de mail
fmartinfoto@gmail.com 

domingo, 20 de febrero de 2011

Después de la cámara....... el trípode

Rinocerontes negros acudiendo al bebedero al anochecer. Etosha National Park. Nambia
Canon Eos 5dII y Canon EF 100-400 f4,5-5,6 L IS
Trípode Gitzo Mountanieer 1227 y rótula de bola Markins Q20

Durante los últimos días he charlado varias veces con un compañero fotógrafo acerca del uso y elección del trípode pues está pensando en comprar uno y me ha pedido mi opinión.
Voy a exponer en el blog las pequeñas reflexiones a que hemos llegado.
 Después de las lentes y la cámara considero que un buen trípode es la última pieza necesaria para conseguir buenas fotografías o al menos para no tener que echar la culpa a la falta de medios técnicos como la causante de los malos resultados.
Este artilugio es uno de los más odiados debido a su peso y volumen, más ahora que tenemos lentes y cámaras con estabilizador incorporado. Pero el hecho de que dispongamos de medios técnicos para evitar la trepidación no quiere decir que no tengamos la necesidad de un buen trípode.
De hecho el cada vez más generalizado uso del trípode consiguió una mejora sustancial en la calidad de la fotografía. Si renegamos de su uso estaremos limitando nuestro horario fotográfico a aquellos momentos del día en que la luz es elevada, que suelen coincidir con el mediodía cuando las fotos quedan peor. El trípode nos permite aumentar al 100 por 100 el horario de nuestra fotografía, reducir el ruido digital al disminuir el iso elegido y además nos permite poner en práctica una gran cantidad de técnicas fotográficas que de otra forma serían imposibles. Por ejemplo el HDR, los timelapses, la fotografía macro de calidad, conseguir efectos de movimiento en agua, vegetación, sujetos que se desplazan y  en días nublados, para conseguir la máxima profundidad de campo sin aumentar el ISO y por lo tanto manteniendo al máximo la calidad de los resultados con nuestro sensor digital....

San Saturio y río Duero en Soria al anochecer
Canon Eos 5d y Canon EF 24-105 f4 L IS
Trípode Gitzo Mountanieer 1227 y rótula de bola Markins Q20

Muchas veces sin embargo, renunciamos a su uso por la comodidad de disparar a mano y con el estabilizador. Nos llegamos a decir que tenemos buen pulso, que el estabilizador hará el trabajo del trípode.... pero si comparamos dos imágenes realizadas una con trípode y otra sin él, podremos observar en la segunda ligeras trepidaciones y pérdida de calidad  que sólo será notable a grandes ampliaciones, no para uso en la web, pero esta reducción en la nitidez  equivale a trabajar con cámaras que tuvieran menos megapíxeles  de los que realmente tienen ya que no podremos someter nuestras fotos a grandes ampliaciones o quizá ejecutar algún recorte para enderezar la imagen o mejorar el encuadre.

Con el uso de teleobjetivos por otra parte es impensable, salvo raras ocasiones, trabajar sin trípode y de hecho existen gran cantidad de accesorios específicos adecuados para que nuestro teleobjetivo descanse sobre el trípode. El peso de los teleobjetivos y su poder de ampliación  los hacen candidatos excelentes al uso del trípode pues aunque podemos soportar durante parte de una sesión el uso del teleobjetivo a mano acabaremos mucho más cansados y por ende con peores resultados que si nos hubiéramos desplazado con el trípode.
Por otra parte el trípode aporta una singular característica a la fotografía que es el hecho de hacernos reflexionar más aún si cabe, sobre la composición, con lo que nos permite mejorar nuestras tomas o al menos tener clara la elección del lugar, altura, encuadre...., pues ubicar la cámara y el trípode lleva cierto tiempo.


Paso de Despeñaperros. Jaén
Canon Eos 40d y Canon EF 70-200 f4 L IS
Trípode Gitzo Mountanieer 1227 y rótula de bola Arca Swiss B1

A la hora de enfrentarnos a que trípode comprar debemos sopesar qué necesitamos y las características básicas de un buen trípode entre ellas la primera es la estabilidad, que antes estaba relacionada íntimamente con el peso. Sin embargo con la introducción de trípodes de carbono y basalto el peso ha dejado de ser el problema de los trípodes pasando a ser el volumen durante su transporte, algo inevitable si queremos disparar nuestra cámara con cierta flexibilidad.
El trípode tiene por misión reducir las vibraciones, tanto las climatológicas como las producidas durante la realización de la fotografía por nosotros y por la cámara, además de permitirnos nuevos horizontes creativos tal y como he comentado más arriba. Estas vibraciones pueden ser absorbidas por el propio trípode si la velocidad de obturación elegida es un poco elevada o podemos ayudar a reducirlas por medio del levantamiento de espejo y el uso de un cable disparador. Estos dos mecanismos son fundamentales en la disciplina de fotografía de paisaje si queremos usar diafragmas cerrados e ISOs bajos.
Para reducir las vibraciones producidas por el viento no nos quedará más remedio que añadir más peso, si podemos, al trípode. Para ello los trípodes profesionales cuentan con un pequeño gancho debajo de la columna o zona central entre las tres patas de donde podemos colgar diversos bultos, principalmente nuestra misma mochila fotográfica.


Aerogeneradores en La Muela. Zaragoza
Canon Eos 5d y Canon EF 24-105 f4 L IS
Tripode Gitzo 1531 y rótula de bola BH-55 RRS

En su afán por reducir el tamaño de los trípodes cuando están plegados los fabricantes los hacen con patas en las que se integran hasta cinco secciones. Esto hace que plegados apenas ocupen pero cuando estamos fotografiando puede ser necesario, dado el pequeño tamaño de las patas, desplegar la totalidad de la longitud por lo que estaremos perdiendo estabilidad pues descansamos todo el peso de nuestro equipo en una patas con una sección de diámetro muy reducida.
Una buena solución de compromiso son los trípodes de 3 secciones y si disponemos o elegimos comprar uno con más secciones hemos de intentar usarlo sólo en casos extremos con la totalidad de la longitud de las patas desplegada.
Otras características de los trípodes profesionales y que han pasado a ser una necesidad en la fotografía de naturaleza es que las patas sean independientes, no estén conectadas entre si, y que tengan un amplio rango de movimientos para adaptarse a las irregularidades del terreno.
Esta amplitud de movimientos facilita tanto colocarlo en laderas escarpadas como hacer macro con cierta comodidad al conseguir bajar el trípode a una altura muy cercana al nivel del suelo. Una solución es invertir la columna central con lo que también la cámara se coloca boca abajo, una situación compleja para maniobrar y que puede provocar sombras sobre el sujeto a fotografiar. Otros trípodes disponen de un columna que puede ser articulada de forma horizontal pero esto reduce la estabilidad del conjunto cuando trabajamos con teleobjetivos.
Otros modelos de trípode carecen de columna central descansando el cabezal, del que hablaremos en otra entrada de este blog, directamente sobre la unión de las tres patas. Esta opción añade estabilidad pero hace a las patas más difíciles de manejar especialmente en trípodes donde las patas se articulan ampliamente. Puede ocurrir que al plegar el trípode se giren las patas hacia el interior dificultando el manejo del aparato.

Panorámica de Jaén con su Castillo al fondo.
Canon Eos 5d y Canon EF 70-200 f4 L IS
Tripode Gitzo 1531 y rótula de bola BH-55 RRS

Entre las marcas más conocidas de fabricantes de trípodes encontramos a Gitzo, Manfrotto, Cullman, Giotto, Really Right Stuff, Slik, Benbo, Benro, Bilora o Velbon pero sin duda son Gitzo y Manfrotto los más vendidos y los de mejor calidad con la irrupción de los americanos RRS de gran calidad y elevado precio.
Gitzo y Manfrotto pertenecen al mismo grupo empresarial pero con dos líneas de producción marcadamente distintas siendo Gitzo el que alcanza mayores niveles de calidad, resistencia, peso reducción y fiabilidad de resultados fotográficos. Esto no quiere decir que Manfrotto sea malo, simplemente es una segunda línea de producción. Hasta hace poco eran dos empresas pero tras la fusión de ambas mantienen su producción de forma casi independiente. Otros trípodes construidos en madera prácticamente están reducidos al mercado americano y para usos muy específicos aunque también pueden utilizarse para la fotografía.
Gitzo y Manfrotto son marcas europeas, la primera francesa y la última italiana. Manfrotto conocido también como Bogen, especialmente en el mercado americano, goza de una amplia gama de productos y soluciones prácticamente para cualquier necesidad (hasta fotografía publicitaria y de interiores) estando Gitzo más centrado en aparatos para uso en exteriores.
De la gama manfrotto hay que destacar como los mejores el 055 en sus versiones de carbono y aluminio este ultimo con un peso que supera los 2kgr por lo que sólo es aptos para pequeños transportes. También su hermano pequeño el 190. Los modelos se dividen también entre patas con tres y cuatro secciones y columnas que facilitan la colocación horizontal o aquellas que sólo se utilizan de forma vertical a las que también se le puede conectar la cámara de forma invertida, tal y como ya he comentado.

Rincón Nocturno en Ubeda. Jaén.
Canon Eos 5d y Canon 24mm TSE f3,5 L
Tripode Gitzo 1531 y rótula de bola BH-55 RRS

De los trípodes Gitzo hay una variedad mucho mayor y es fácil perderse entre tanta característica.
Para empezar hay que entender la filosofía de cada serie. Entre las más interesantes para uso en naturaleza se encuentran la Mountanieer, Traveler, Basalt, Explorer y Systematic. Mountanieer es la serie clásica o más antigua pero que se sigue actualizando. Construida en carbono cuenta con columna central a diferencia de la Systematic en la que se incluyen los trípodes más resistentes y estables entre los fabricados por Gitzo. Dentro de la gama Traveler podemos encontrar trípodes muy ligeros y con dimensiones contenidas, perfectos para desplazamientos en avión o por el mismo monte cargando la mochila. Para reducir su tamaño se puede colocar la cabeza entre las patas con lo que el trípode plegado se acorta otros 8 o 10 centímetros, siempre hablando de cabezas de diámetro adecuado o de las que fabrica Gitzo. Lamentablemente este fabricante no hace casi cabezales para el estándar de platos Arca tan usado en fotografía. Explorer es la gama de Gitzo preparada para trabajos macro o en condiciones más complicadas gracias a la posibilidad de colocar la columna central descentrada del eje vertical del trípode y finalmente encontramos los de aluminio  y basalto cada uno con características extremas. Los primeros más pesados pero más baratos y los de basalto que se caracterizan por su resistencia y ligereza pero con un coste económico algo más elevado.

Paorámica Nocturna de Sobradillo. Salamanca
Canon Eos 5d y Canon EF 100-400 f4,5-5,6 L IS
Trípode Gitzo Mountanieer 1227 y rótula de bola Arca Swiss B1

A la hora de comprar un trípode hemos de diferenciar el uso que le vamos a dar. Si mayoritariamente vamos a utilizarlo con un teleobjetivo nos tenemos que ir como mínimo a la serie 3 y superiores de los sistematic, por ejemplo 3531 pero si buscamos algo ligero que nos permita desplazarnos por terrenos escarpados, quizá los mejores son los Traveler y entre ellos el 1541T.
Una solución de compromiso entre libertad de movimientos y fiabilidad es el Mountaineer GT2542L con un peso muy contenido y que admite combinación de cámara y teleobjetivo hasta 300mm y probablemente aceptará con mayor riesgo de trepidación una combinación con el 500mm pesando sólo un kilo cuatrocientos treinta gramos.
Finalmente no conviene olvidar que para usar un trípode hay que seguir unas normas básicas. La primera tener claro lo que vamos a fotografiar ya que el manejo de trípode es laborioso y más en el campo en situaciones de frío o cuando está sujeto a la mochila de fotografía.
Como segunda norma básica hay que insistir en la colocación de las patas dejando espacio para estar nosotros próximos a la cámara, para ello hay que situar una de las patas hacia el sujeto que vamos a fotografiar.

Jirafas acudiendo a bebedero en Etosha National Park. Namibia.
Canon Eos 5dII y Canon EF 100-400 f4,5-5,6 L IS
Trípode Gitzo Mountanieer 1227 y rótula de bola Markins Q20

En el caso de los trípodes con columna estos deben estar bien nivelados pues ya de por si la columna levantada disminuye la estabilidad del trípode y más aún si esta se encuentra ligeramente inclinada. No sería la primera vez que se me cae la cámara con el trípode en momentos de mucho viento. Afortunadamente lo que se dañó fue el filtro polarizador y otras veces cayó en la misma playa afortunadamente.
Hay que evitar usar la columna central y si la usamos, podemos colgar algo pesado debajo de esta pero que no se balanceé con el viento, para añadir estabilidad al conjunto.
Si es posible hay que trabajar con la menor cantidad de altura posible para aumentar la estabilidad y poder trabajar más rápido ya que es verdaderamente engorroso ir con un compañero que abre las patas del trípode hace una foto, las cierra y al poco rato vuelve a repetir la operación. Si abrimos las patas hasta la altura necesaria no sólo conseguiremos estabilidad sino también rapidez de manejo. Por supuesto usar la patas más gruesas y no las del extremo inferior que son menos estables.
Otra opción poco aconsejable es llevar la cámara montada en el trípode y desplazarnos por el monte así. Con esto sólo podemos conseguir aumentar la suciedad del ocular y hasta del sensor cuando no rozar los objetivos y la misma cámara o que se nos pueda aflojar del cabezal y caerse.
No debemos olvidar que el trípode no va a eliminar las vibraciones que generemos con nuestro dedo al disparar. Es necesario, especialmente con velocidades lentas, levantar previamente el espejo y utilizar un cable disparador o como poco el temporizador de la cámara.
Si nuestro objetivo tiene estabilizador comprobar si es compatible con el uso de trípode aunque en todo caso no será necesario el estabilizador si utilizamos el trípode y un cable disparador.


© Francisco M. Martín - Imágenes Naturales





Por fin toqué a la zorra

Aquel día marcó un antes y un después en mi vida personal. Me encaminaba como cada jornada a mi destino fotográfico pensando en nuevas toma...