Finalmente llueve en el occidente peninsular. La lluvia se ha hecho de rogar pero parece que, al menos al norte del Sistema Central, los campos han recibido suficiente agua para las cosechas y los pastos ganaderos. Otra cosa distinta son los ríos y las sierras que aunque han recibido nieve, esta puede no ser suficiente. En este contexto los días del mes de abril están siendo desapacibles, ventosos, húmedos e incómodos para la fotografía, obligándonos a utilizar abrigo y a estar mentalizados de que vamos a pasar cierta dosis de penurias. Así me acerqué ayer a la zona que estoy controlando de los zorros con la intención de comprobar de forma definitiva si los zorrines de la zorra número uno ya salían de su madriguera.
En relación con la zorra número dos me he apostado varias veces y no he vuelto a verla. Quizá haya cambiado de sitio también a la camada y estén ubicados en un emplazamiento más alejado pues parece que son capaces de desplazarse con los zorrillos hasta un kilómetro de su lugar de nacimiento.
Volviendo a la primera protagonista, esta zorra construyó durante el mes de enero una nueva guarida, a escasos metros de la del año pasado, pero últimamente la he visto siempre salir y entrar en la que usó como morada en el 2011. Parecía que el cubil más reciente había dejado de ser usado aunque tiene claras marcas de paso en el terreno fresco y recién escarbado. Es evidente que en algún momento ha decidido cambiar de ubicación a su prole.
Con cierta inseguridad por el mal tiempo que hacía, me aposté en una zona que permitía la visualización a la vez de ambas madrigueras con la intención de esperar el mayor rato posible. Al poco de iniciar la espera mi cerebro ya me mandaba mensajes para que abandonara la tarea. Ya casi estaba a punto de tirar la toalla pues anochecía y francamente, con el tiempo que hacía, más valía que la zorra estuviera con ellos para darles calor. Sin embargo, finalmente la hembra salió de su refugio. La lluvia arreciaba y aunque era fina no dejaba de caer con insistencia empapando la dehesa.
Era un buen momento para probar la capacidad para altos ISO de la nueva cámara Canon EOS 5d Mark III adquirida en Fotocasión. Aunque llovía la zorra debió pensar que era el momento para desperezarse e iniciar sus andazas. Sus crías estarían refugiadas de las inclemencias del tiempo dentro de la madriguera.
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Eos 5d Mark III, Objetivo EF 500mm f4 L IS, convertidor 1,4x III, Trípode
ISO automático 10.000 con exposición en TV + 2/3
1/1000 f5,6
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De nuevo me sorprendió al salir del emplazamiento más antiguo. Allí se estiró y bostezó tranquilamente, sentándose para ver como la borrasca se abatía apaciblemente sobre la dehesa de su territorio.
La soledad del monte, el silencio de las aves y el ruido del viento ululando entre las copas de las encinas, convertía a la tarde de ayer en una entrañable vivencia. Allí estábamos la zorra y yo, al macho hace tiempo que no consigo avistarlo, cuando de repente apareció una cabecita entre las raices de la encina. Un valiente zorrillo se atrevió a salir por completo de la madriguera. Es la primera vez que los veo este año aunque por su tamaño ya habrán salido más de una vez pero yo no había conseguido avistarlos. Salió unos segundos y más tarde salió un segundo cachorro que, más tímido, se metió de inmediato en las profundidades de su madriguera. Sin embargo, el primer cachorro permaneció unos segundos fuera, al pie de su madre observando detenidamente los alrededores de su refugio.
Fueron unos breves segundos pero muy intensos y emocionantes. Aquí os muestro dos de las fotos del momento realizadas a 6400 ISO, un sensibilidad descabellada para esta cámara por las pruebas realizadas por mí.
Sin embargo, dejaré para otro momento mis opiniones sobre la Canon EOS 5d Mark III de la que estoy elaborando un profundo test.
Aunque el fabricante asegura que ha supuesto una mejora de 2 Ev con respecto a la EOS 5d Mark II tras probarla en el campo, que es realmente donde interesa y no en estudio donde la iluminación está más controlada, considero que como mucho es un paso de mejora el que se logra con respecto a la anterior cámara.
Otra circunstancia es el enfoque que ha mejorado sustancialmente pero del que todavía no tengo una opinión definitiva.
© Francisco M. Martín - Imágenes Naturales