Finalmente los calores y sequía estival se van desvaneciendo y las lluvias ganan terreno. Este verano anómalo que empezó tímidamente y que durante los meses de septiembre y octubre ha mostrado su cara más ruda ha cedido paso a dos fuertes borrascas que han cambiado finalmente la situación de sequía extrema en que nos encontrábamos.
Es el momento de aprovechar a realizar reportajes pospuestos en los que era vital contar con la mejor luz bien por encontrarnos en el interior de un bosque o por tener que realizar amplias vistas en lugares despejados.
No quiere decir con esto que hayamos estado parados pero los resultados obtenidos durante septiembre y octubre no son los deseados y aunque hayamos tenido que entregar material los fotógrafos exigentes sabemos que lo realizado tendrá que revisarse para lograr la imagen que soñamos y en definitiva para quedar contentos con nuestro trabajo, que con el tiempo queda ajeno a las circunstancias transitorias del momento y será juzgado por lo que se ve desconociendo las circunstancias en las que nos vimos obligados a hacerlo. En este sentido siempre me siento en desventaja con el resto de profesionales pues nosotros los fotógrafos de exteriores, aunque tenemos herramientas poderosas para modificar la luz y retocar fotografías, seguimos y seguiremos siempre siendo esclavos de los caprichosos fenómenos atmosféricos para realizar nuestro trabajo.
Todas las imágenes cámara Canon Eso 5d Mark II
con empuñadura BG-E6 (en venta, contactar vía mail si queréis comprarla).
Objetivos Canon EF 16-35mm f2,8 L, 24-105 f4 L IS y 70-200 f4 L IS
© Francisco M. Martín